AMANDO AL MIEDO (El Amor no discrimina) PARTE 2
AMANDO AL MIEDO - PARTE 2
(El amor no discrimina 2)
Feliz día, etern@s caminantes, en la anterior entrega
(Parte 1) comentamos que en esta segunda parte comenzaríamos a desarrollar el
miedo desde una óptica triangular cimentado sobre tres vértices, en donde colocaremos como primer vértice al miedo en su esencia biológica, en el segundo dentro del campo
emocional y en el tercer vértice al miedo como frecuencia energética.
Hoy vamos
con:
El miedo como garante de nuestras vidas:
Entre las décadas de 1940 y 1960, el Neurocientífico Paul
D. MacLean, descubrió y desarrolló que nuestro cerebro bi-hemisférico está
dividido en tres capas que reflejan nuestra evolución como especie, a esto lo
llamó El Cerebro TRIUNO.
La capa más básica, ancestralmente hablando, es el
complejo reptiliano, denominado así en honor a nuestros antepasados reptilianos
y a los actuales reptiles que aún conservan este complejo. Luego le sigue la
capa límbica en donde se anidan los núcleos emocionales y espirituales, y en
tercer lugar la corteza o córtex cerebral en donde se gestionan nuestros
procesos de pensamientos, razonamientos y conductas en forma lógica y lineal,
según sean nuestros sistemas de creencias.
El sistema reptiliano gobierna las partes de nuestros
instintos básicos de sobrevivencia y por ende nuestros comportamientos más
primitivos, por ello las conductas derivadas de este constructo biológico son
supremamente difíciles de modificar ya que vienen programadas de “fábrica”,
esto que quiere decir en palabras sencillas que es un programa incorporado genéticamente a
nuestro modelo humano para ser ejecutado en forma inconsciente y automática,
como herramienta fundamental para preservar nuestras vidas estableciendo así hábitos, territorios o hábitats, apegos, adicciones, conductas ritualistas,
zonas de confort, alimentación, reproducción y todo aquello que tenga que ver
con la supervivencia del ser humano como especie todos ellos encabezados por EL
MIEDO. Para concluir esta parte anatómica diremos que este segmento cerebral no
trabaja solo en cuanto al miedo se refiere, sino que lo hace en armonía con el
cerebro límbico que lo recubre y que gobierna el campo de las emociones, pero
sobre este aspecto emocional conversaremos en la próxima o tercera entrega.
Ahora bien, hablando en términos estrictamente
biológicos, el miedo es un mecanismo de sobrevivencia que se manifiesta
únicamente en tres sentidos, el ataque como defensa, la huida o la parálisis, todo esto dependiendo del entrenamiento que se tenga para reaccionar ante casos que
pudieran considerarse de peligro para nuestras vidas, es decir, lo que antes
significaba para nuestros ancestros cavernarios el ataque de un depredador o un desastre natural, hoy
en día equivale a un peligro de robo, de celos con la pareja o por el
territorio, exponerse ante los vehículos al cruzar la calle o la cercanía de un
perro, el cuido de nuestros hijos, e inclusive a una agresión verbal, creando
reacciones de ataque, evasión o parálisis que generan una sensación de
seguridad o protección que nos confiere un “aparente” equilibrio dentro de
nuestra zona de seguridad personal.
En tal sentido, la evolución social del ser humano ha
sido mucho más vertiginosa que nuestra evolución biológica, con lo cual se nos
presenta un complejo desfase que contamina nuestras relaciones y puede llegar a
enfermarnos seriamente, es decir que al mantener las mismas reacciones
primitivas ante peligros menores que los que tenían que afrontar nuestros
ancestros, hoy en día nos coloca en conductas desproporcionadas ante situaciones
de pequeña monta que causan desbalances importantes en nuestro sistema emocional
y por ende en nuestras relaciones intra e interpersonales. Esto crea una paradoja ya
que, lo que ayer era el mecanismo número UNO por excelencia para garantizar
nuestras vidas, hoy se ha convertido en una herramienta de autodestrucción que
nos conduce linealmente y en forma progresiva hacia la debacle personal, de esta manera:
TEMOR à Enfermedades psicosomáticas à MIEDO à Enfermedades psicosomáticas à PÁNICO à Enfermedades psicosomáticas à FOBIAS à
Enfermedades Psicosomáticas à MUERTE FÍSICA... entendiendo que la muerte física pudiera darse en cualquier fase, dependiendo de la sensibilidad de cada quién.
Sobre este particular es importante conocer que aunque es muy
cuesta arriba modificar esta conducta heredada genéticamente, es posible
hacerlo utilizando el propio mecanismo de funcionamiento del cerebro reptil, es decir, usar su capacidad de autoprogramarse con mecanismos en clave de rutina como la
repetición, de allí los famosos métodos de los 21 días, La Programación NeuroLinguística
(PNL) entre otros. En otras palabras, repetir pensamientos, acciones o conductas tantas
veces como sea posible para generar nuevos hábitos de reacciones y
comportamientos.
Con esta corta y sencilla explicación, demostramos que el
camino de demonizar el miedo convirtiéndolo en un archienemigo y querer eliminarlo
de nuestras vidas, como lo sugieren tantas metodologías y talleres de “crecimiento”
humano y otros tantos libros, es un acto de suprema contranatura que en vez de
resolver los problemas, los agravan y terminan por enfermarnos más. De allí el título
de esta serie: “Amando al Miedo” (El Amor no discrimina).
Bien amig@s, hasta aquí la segunda parte y preparándonos
para la tercera que versará sobre la dimensión emocional de miedo. Nos
imaginamos que a estas alturas, much@s de nuestr@s lector@s ya estarán
pendientes de los métodos para transformar o transmutar el miedo en una
herramienta amigable y positiva para nuestras vidas, aunque en el desarrollo
del tema, dejamos colar algunas alternativas para que vayan explorándolas, sin
embargo, antes de eso, consideramos que debemos cruzar la barrera del entendimiento de esta
vital entidad, y así, desde esta plataforma, poco a poco y progresivamente, iremos llegando a esos
dominios de sanación transmutando al miedo, como preámbulo para nuestro libro, en donde
profundizaremos mucho más sobre el tema y que si Dios así lo permite lo bautizaremos
el año que viene.
Infinitas gracias por su interés y hasta la próxima.
VedantaColibrí
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